Toda gran aventura tiene su especial comienzo…

Después de un tiempo de haber empezado con esta increíble aventura, es hoy cuando hemos decidido comenzar con el blog. Y seguramente os preguntaréis que por qué hemos tardado tanto, a qué estábamos esperando. Realmente es una muy buena y gran pregunta. Pregunta cuya respuesta dará paso a las dos primeras entradas del blog y que seguro que entenderéis perfectamente.

A día de hoy en el equipo somos 5. Un equipazo de chicas con ganas, ilusión, trabajadoras, soñadoras y dispuestas a todo!! Pero estas dos primeras entradas las voy a hacer yo, Claudia, en primera persona, porque así empezó Entre tonos, conmigo a la cabeza y totalmente sola.

Estudié la carrera de Publicidad y RRPP en la Universidad Pompeu Fabra sin saber realmente lo que sería de mí después de aquellos 4 años. Empecé muy motivada e ilusionada pero en 3º de carrera tuve una crisis existencial y quise hasta dejarla. Me gustaban muchas de las cosas que estaba tratando pero no me veía trabajando en una agencia de publicidad. En 4º me especialicé en la rama de eventos y empecé a ver la luz. Durante toda la carrera había estado trabajando de azafata de eventos con muchas empresas de diferente índole, y cuando digo diferente es diferente, ya que estuve en eventos deportivos, de alimentación, de automoción, de seguros, de moda, de bebidas… y así aguanté hasta 8 años siendo desde el último mono a coordinar a los equipos. Todo eso me ayudó a reafirmar la idea de que mi camino estaba en la organización de eventos.

Así que sin pensármelo dos veces, nada más terminar la carrera me metí directa a hacer un Máster de Protocolo y Gestión de eventos en la Universidad Ramon Llull (Blanquerna). Empecé a ver que poco a poco iba descubriendo mi camino, pero había algo que no me llenaba al 100%. Me encantaba el hecho de organizar, pensar en ideas creativas… pero lo que no me gustaba era tener que hacerlo hacia un logo: una empresa, una institución. Sentía que me faltaba la parte más humana, más sentimental y fue en ese momento cuando me empecé a dar cuenta de que lo que realmente necesitaba era organizar  eventos a personas. De formar parte de sus días más especiales y de ayudar a crear días llenos de emoción de la manera más bonita, memorable y mágica posible.

En ese momento todos los astros empezaron a alinearse. Descubrir que una de mis grandes pasiones, como era el mundo de las bodas, la podía convertir en mi trabajo fue lo que me hizo aventurarme hace un tiempo en este maravilloso proyecto. Pero llegar a esa conclusión no fue cosa fácil.

Desde pequeñita había ido apuntando maneras con las manualidades, tenía siempre la habitación decorada con cosas curiosas, era muy organizada y metódica, soñaba con el día de mi boda por todo lo que conllevaba y significaba y sorprendía siempre a mi familia con regalos emotivos en las celebraciones.

Pasé por varios cursos de Organización de bodas presenciales y online y hasta decidí hacer un Grado Superior en Educación Infantil. Y me diréis, ¿y esto que tiene que ver? Pues tiene que ver que era una astillita que se me había quedado ya que siempre dije que algún día me hubiese gustado trabajar con niños y dedicarme al mundo de la docencia de algún modo.

Así pues, mientras todos mis amigos empezaban a irse colocando en trabajos súper molones, ahí seguía Claudia haciendo un Máster, cursos de Organización de bodas, un Grado en Educación infantil, prácticas en empresas varias y trabajando de azafata de imagen para poderme pagar todo lo dicho. Fue una época dura en la que no encontraba mucho mi sitio. Pero yo soy una persona que creo mucho en mis instintos y sabía que algún día todo eso saldría por algún lado.

Después de hacer prácticas en empresas relacionadas con todo lo que estaba estudiando, de salir llorando todos los días porque no era lo que quería hacer en realidad y de pasar por una situación complicada en casa, se me encendió la luz y en mi mente se empezó a cocer la idea que iba a cambiar mi vida por completo: montar una empresa de organización de eventos sociales o familiares. En ese momento vi como todo lo que había estado haciendo empezaba a cobrar sentido: los eventos, las bodas, los niños. ¡Tenía clara la idea! Ahora solo hacía falta ver cuándo la podía empezar a ejecutar.

Por aquel momento yo tenía 23 años (en 2013) y no me veía montando nada. Decía a los 30, a los 30; cuando haya cogido experiencia en varias empresas. ¿Quién era yo para montar algo? Me veía como un pececillo diminuto en medio de un océano inmenso. No tenía referencias en casa ni de empresa ni de eventos, no tenía contactos y no sabía ni por dónde empezar. Pero no aguanté ni un año que en 2014, mientras estaba haciendo investigación de mercado y empezando mi plan de negocio (que algún día llevaría a cabo), me surgió la oportunidad de organizar mi primera boda. ¿Cómo? Pues por el piquito de oro de mi madre que iba cantando a los cuatro vientos que yo organizaba bodas. ‘¡No! Todavía no, si no tengo ni nombre todavía’ pensaba. Yo soy de esas personas que necesita hacer las cosas en orden y bien hechas. Pero estaba pasando por delante la oportunidad de mi vida y decidí embarcarme en la aventura. Había estado trabajando durante unos meses con una wedding planner, pero no sentía que hubiera sido suficiente como para yo coger el timón de una boda así como así.

Fue la sensación más increíble y aterradora que recuerdo en toda esta aventura. Y tengo que decir, que la pareja que confió su boda en mí fue la más maravillosa del mundo mundial!! Después de aquella boda me salió la segunda y fue lo que me hizo dejar todo lo que estaba haciendo para centrarme en serio con el proyecto.

Todo el año 2015 lo centré en desarrollar el proyecto y a finales de ese año apareció Entre tonos pastel. Un proyecto que a día a día me sorprende con cosas increíbles, me ayuda a crecer como persona y sobre todo a aprender de cada una de las personas que me voy encontrando por el camino.

En el siguiente post os contaré cómo poco a poco fue creciendo la empresa. ¡Estad atentos!

Claudia

PD: Las fotos de este post son de la primera boda que jamás voy a poder olvidar,  ya que fue la que me dio la oportunidad de empezar con todo cuando menos lo esperaba (hay alguna foto de la segunda boda también)

keyboard_arrow_up