David y yo ya seguíamos el trabajo de Claudia y su equipo de Entre Tonos Pastel desde hacía mucho antes de comprometernos. Nos encantaba cómo conectaba con los novios y cómo era tan dulce y cuidada en todas las bodas que hacía.
Cuando nos comprometimos, vimos a otras wedding planners solo para corroborar, pero tuvimos claro que queríamos hacer nuestro gran día con Claudia. Queríamos una super wedding planner a sabiendas que sería una boda pequeña, pero la queríamos por todo lo alto y sin que faltara ningún detalle. Además, esta era mi segunda ( y última) boda, y en la primera, tuve muy mala experiencia con quien deposité mi confianza para manejar todos los imprevistos, entonces desde luego que fue una decisión muy importante y que nos miramos con lupa.
Tanto a David como a mí nos encanta planear cosas, pero tenemos unos trabajos exigentes y un ritmo de vida a veces frenético. Y aunque tuviésemos unos proveedores ya en mente o una idea muy clara de lo que queríamos, para nosotros era muy importante que ‘el día B’ saliera perfecto, fluido y que disfrutásemos del día como dos invitados más. Y así fue. Claudia captó perfecto qué idea teníamos y lo importante que nuestros gustos y nuestra historia (Written in the Stars) se contase por todos los rincones de nuestra pequeña pero internacional boda de 52 invitados. Siempre era un gusto y nos daba muchísima ilusión ir a su preciosa oficina.
Claudia y su equipo se encargaron de mostrarnos un abanico amplio de proveedores que encajasen con lo que nuestro evento necesitaba y de aconsejarnos en cada paso. David y yo nos encargábamos de elegir y pagar, pero ETP manejaba toda la comunicación y coordinación interna entre proveedores, que puede parecer algo sencillo pero no lo es, y ni de broma David y yo hubiésemos podido estar tan al pendientes de tantos emails e intercambio de temas.
Además, Claudia siempre veló y abogó por nuestros intereses en momentos donde quizás había que negociar con algún proveedor y las cosas se pusieron un poco tensas. Hubo situaciones que seguramente a David y a mí nos hubiesen superado y el resultado final hubiese cambiado. Pero Claudia tiene tanta experiencia en esta industria y tratando a diversos proveedores, además de conocerlos, que logró encontrar un punto medio y resultados que siempre salieran a nuestro favor.
Y bueno, qué decir del día de la boda, todo salió perfecto, y los imprevistos que hubo fueron mínimos y no se notó nada. Fue un día perfecto que tanto David como yo, disfrutamos al máximo y nos cundió muchísimo. Los comentarios de los invitados fueron del tipo » la boda más cuidada y detallista a la que he ido», «la boda más emocional y personal», «la boda más bonita y bien organizada», «una boda llena de momentos especiales, uno tras otro».. No podíamos estar más de acuerdo.
Fue una boda pequeña que quizás nos costó igual que lo que cuesta una boda del doble de invitados, pero no nos arrepentimos de nada. Después de ver el resultado, fue más de lo que soñamos y los proveedores con los que contamos, en su mayoría recomendados por ETP, excedieron con creces nuestras expectativas.
Nos da tristeza que empezamos en el 2021 con todo esto y ya pasó, y ya se acabó, pero nos quedamos con un recuerdo muy dulce de haber tenido el mejor día y de sentir que Claudia trató nuestra boda como si fuese la única, cuando en realidad ¡estaba manejando unas cuántas!
Gracias por todo Claudia y equipo (sobre todo Patri… ¡qué paciencia con nosotros y nuestros emails!). Nos habéis regalado un día inolvidable e importantísimo en nuestra vida.